Compartimos extractos de manifestaciones de historias de vida de estudiantes, trabajadores, docentes y no docentes de la Universidad Nacional de Salta que estuvieron participando de la marcha por la defensa de la educación pública.
En los relatos se siente el agradecimiento de quienes han pasado y transcurren por nuestra institución, que se han sentido cobijadas, incluidas y abrazadas por la UNSa y por toda la comunidad universitaria que a sus 50 años de creación es ejemplo de lucha colectiva.
Miriam Pagano, Docente de la Facultad de Humanidades, nos expresó que la marcha le produjo emociones encontradas que refieren a la gran convocatoria y a la situación presupuestaria que atraviesa el sistema educativo universitario: “Es un sentimiento doble, para muchos una marcha muy esperada, organizada y pedida en defensa de la Universidad Pública y por otro lado, el sentimiento de impotencia y bronca frente a la situación en las que estamos las universidades nacionales, el desfinanciamiento como nunca se vio en la historia desde la vuelta a la democracia.
Rodrigo Daniel Durán, Investigador del CONICET, mencionó sobre sus sentimientos en la marcha frente al desfinanciamiento que viene atravesando la ciencia: “Es un momento muy esperado por todos los investigadores que estamos sufriendo las consecuencias de las políticas del gobierno de Milei. Sabemos que hay una reducción muy fuerte del presupuesto para el CONICET, los proyectos del año pasado no se han ejecutado, no se han recibido los fondos para continuar con los proyectos para investigación. Además, los nuevos investigadores que han ingresado luego de una larga carrera y todas las dificultades que implican los concursos para ingresar al Conicet, no se han efectivizado y no hay certezas sobre eso”.
Graciela Leiva, personal no docente, contó que hace 37 años trabaja en la UNSa: “Esta es la universidad que me abrió la puerta, que me abrió sus brazos, a mí, a mi hijo que estudió acá, mi sobrino que está acá. Así que, más que feliz, digamos, por la convocatoria y por la unión”, expresó.
Carla Bautista, estudiante de la Facultad de Ciencias Naturales, contó que es la segunda generación de su familia en acceder a la universidad pública. “Mis padres pudieron estudiar en ella, son profesionales, (y yo) espero no ser la última”, dijo. Es por eso que sostuvo que la movilización de ayer fue “sumamente importante” para revalorizar y defender el carácter público y gratuito del sistema universitario argentino, y así, “no seamos los únicos ni los últimos, sino que las próximas generaciones puedan acceder a lo mismo”.
María Ortiz, Licenciada en Educación, nos comentó que es egresada de la UNSa y vino desde Salvador Mazza a apoyar la marcha universitaria: “Me parece muy injusto que se hagan estos ajustes a las universidades públicas. Me parece que marchar todos juntos es una muestra de que estamos en contra de esos ajustes.
Al igual que en los distintos puntos del país, las historias de vida florecieron mayormente en carteles, el más repetido informaba: “Soy la primera generación de mi familia que egresó en la universidad pública”. Uno de esos universitarios es Mauro Soto, quien tiene discapacidad visual y se recibió como licenciado en Ciencias de la Comunicación. En diálogo con la radio universitaria afirmó que la institución representó “una transformación completa” en su vida. “Pero también pienso que este es un derecho que todas las personas deben tener, que deben poder ejercer, y para eso estamos en esta marcha”, sostuvo.
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