“Sin Universidad Pública no hubiese podido estudiar, sin los esfuerzos que hace el Estado Nacional”

Alejandra Mendez es física egresada de la UNSa. La Universidad siempre estuvo presente en su vida ya que desde niña acompañaba a su madre. Hoy tiene una gran carrera académica y sigue transitando sus espacios.

Alejandra Mendez es egresada de la Universidad Nacional de Salta de la carrera de Licenciatura en Física, además es doctora en Física de la Universidad de Buenos Aires (UBA), en España realizó una estancia de investigación posdoctoral. Recibió el premio Juan José Giambiagi 2023 en la Reunión Anual de Física, celebrada en Bahía Blanca, por su trabajo titulado «Optimización de blancos atómicos y moleculares en procesos colisionales». Su tesis doctoral fue elegida como la mejor del país.

La investigadora además es parte de la Asociación Civil «Ciencia al Alcance de Todos» que da apoyo al Taller de Física al Alcance de Todos, que se dicta los sábados en la UNSa. Actualmente es coordinadora del Taller. 

En una entrevista con el Newsletter de la UNSa, Alejandra nos comparte lo que significa la Universidad para su vida ya que desde pequeña siempre estuvo transitando diferentes lugares que hacen a esta gran casa de Altos estudios. De niña ya acompañaba a su madre a la Facultad de Salud, después en el IEM donde cursó sus estudios secundarios y conoció por primera vez lo que sería la profesión que elegiría y una de las pasiones en su vida.

“Para mí la universidad es como mi segunda casa»

Empecé mi recorrido en la universidad cuando tenía 11 años, en el Instituto de Educación Media Dr Artuto Oñativia, donde cursé todo el secundario y ahí fue donde pasó algo que me cambió la vida, que es que conocí a Daniel Córdoba. Empecé a ir a los talleres de Física antes que sean talleres de Física, cuando era un curso preparatorio para las Olimpíadas. Mi objetivo en esa época o mi idea en esa época era estudiar abogacía. Y me cambió la vida porque en ese momento decidí empezar a estudiar física y empecé a estudiar en la Facultad de Ciencias Exactas. Y ahí también pasaron muchas cosas, como por ejemplo empecé a participar del Centro de Estudiantes, fui consejera de la Facultad y consejera del Consejo Superior y hacia el final de mi carrera conocí a un profesor de la UBA y gracias a las becas que ofreció CONICET pude dedicarme a hacer investigación, adentrarme en el mundo de la investigación y me fui a Buenos Aires a hacer mi doctorado en Física”, retrató su transitar por la Universidad.

Así es que desde aquel entonces Alejandra continuó con sus estudios de posgrado, en 2021, en plena pandemia, y luego de terminar su doctorado hizo un posdoctorado. Después realizó una estancia en España, donde hizo una investigación relacionada a la física teórica y hace dos años recibió el premio a la mejor tesis doctoral en física teórica de la Argentina. 

El corazón puesto en la UNSa 

La investigadora señaló que su sentido de pertenencia con la universidad comenzó desde una muy temprana edad, ya que su mamá trabajaba aquí. Y así recuerda sus primeros tiempos recorriendo la institución: 

“A veces me decía ‘estoy en tal edificio’ y para mí era un desafío encontrarla, porque todo me parecía gigante, todo era enorme. Pero a medida que fueron pasando los años, los edificios fueron cada vez más familiares, los árboles fueron cada vez más reconocibles y bueno, eso hasta que llegué a la facultad y ahí realmente pasó algo que fue muy shockeante para mí, porque pasé de un mundo muy, muy chiquitito, que era el colegio secundario, a un mundo enorme, con un montón de gente con un montón de realidades”.

Así contó cómo fue atravesando los diferentes momentos de su vida, donde la universidad siempre fue un lugar importante: 

“Yo me recibí de la carrera de licenciatura en 2015. Ese año fallece mi mamá, que estaba como vicedecana en ese momento. Ella muere, yo me recibo al mes siguiente y al mes después me voy a Buenos Aires, donde empiezo mi doctorado. Para mi mamá, hacer un doctorado era algo que la interpelaba mucho. La investigación y hacer un doctorado era lo que ella buscaba con muchas ansias, y eso creo que fue algo que me contagió a mí desde muy chica. Cuando vino la crisis del 2001, ella tuvo que dejar su doctorado porque no podía. Era pagar la hipoteca o pagar la cuota del doctorado, y ahí se trunca su carrera de investigación un poco. Pero fue algo que a mí me llamó mucho, hacer investigación, un poco por lo que ella hacía, pero también porque me parecía muy interesante”, describió.

Alcira Marta Ramos, su madre, fue Vice Decana de la Facultad de Ciencias de la Salud de la UNSa. Se egresó primeramente como Enfermera y después continuó la Licenciada en Enfermería. 

Universidad pública para todos y todas

“Para mí la universidad es como mi segunda casa. Me acuerdo que iba al comedor cuando tenía 11, 12 años y comer con chicos que eran mucho más grandes que yo hacía que fuese como que estuviese comiendo del comedor de mi casa y siempre la tuve muy, muy cerca a la universidad. Después, cuando hice mi carrera de grado aún más porque me involucré en el gobierno de la universidad, en sus consejos directivos y para mí la universidad pública es fundamental. Yo sin universidad pública no hubiese podido estudiar sin los esfuerzos que hace el Estado Nacional. Para que chicos y chicas estudien carreras en ciencias humanas, sociales, que se formen y devuelvan a la sociedad, creo que es fundamental”, relató Alejandra al reflejar la importancia de tener en nuestro país educación pública. 

En ese sentido agregó:

“Cuando empecé mi carrera de investigación, las becas de investigación que son a través de las becas de doctorado y las becas de iniciación son claves. Sin la beca de doctorado no hubiese podido iniciar mi carrera y hacer lo que a mí me gusta hacer, que es hacer investigación en física teórica. Así que definitivamente la Universidad, el Consejo de Investigaciones Científicas y Tecnológicas y el CONICET, sin el Estado presente, no hubiese podido hacer la carrera que hice”, destacó. 

Hacer ciencia y ser mujer

En nuestro país la mayoría de quienes investigan son mujeres: 6 de cada 10 personas. Los datos provienen del ex Ministerio de Ciencia y Tecnología. Sin embargo, esta situación no impide que en el acceso de las mujeres a las posiciones de mayor jerarquía se constate el fenómeno conocido como “efecto tijera”, es decir que existan brechas de género manifestadas en el acceso diferencial a las categorías más altas de la carrera de investigación.

“Ser mujer en ciencia es definitivamente algo que está fuera de lo común y cada día hay más y más jóvenes y chicas interesadas en la ciencia»

Alejandra comentó algunos aspectos que hacen al quehacer científico siendo mujer: 

“Ser mujer en ciencia es definitivamente algo que está fuera de lo común y cada día hay más y más jóvenes y chicas interesadas en la ciencia. Así que eso es algo que nos pone muy contentas a quienes estamos ahora mismo haciendo ciencia. Hay lugares que son más hostiles o más difíciles de transcurrir que otros. Afortunadamente, yo hice mi carrera de grado con compañeras y amigas y mi carrera de investigación la inicié también con muchas colegas mujeres que me rodearon, me abrazaron y me enseñaron muchos caminos a recorrer. Me ilustraron mucho. Así que la verdad que fue un trayecto muy disfrutable. Eso no significa que no hubo dificultades en el camino”, describió y agregó: 

“Quizás las cuestiones más difíciles de afrontar son las invisibles en las carreras científicas , puesto que hay muchas tareas de cuidado que están asociadas a ser mujer, tanto de cuidados de niños como el cuidado de nuestros padres y de tareas de hogar, que son esas cuestiones más invisibles, no tan tangibles, que hacen que muchas veces las carreras científicas y técnicas para las mujeres sean un poco más difíciles de transitar, lo que conocemos hoy en día como ‘techo de cristal’ y que realmente sigue estando presente. Nosotras abrazamos todos los esfuerzos que hacen las instituciones y también las urgimos a que reconozcan y hagan acciones concretas para afrontar y visibilizar esas diferencias”.

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