El Cuchi siempre está volviendo
Durante la sesión del Consejo Superior de la Universidad Nacional de Salta presentó su himno, que resonó en los pasillos por primera vez, y nos llenó de alegría saber que así se cumplía con el deseo que durante años atesoró el Cuchi, y que luego de su muerte muchos pensaron que no se haría realidad y así quedaría en el olvido una bella página musical escrita por él.
Allá por la década del ‘70 y principios de los ’80, familia y amigos escuchamos infinidad de veces esa melodía que nos encantaba, y así fue quedando indeleble en mi memoria. Veintitrés años después de la muerte del Cuchi, durante la Feria del Libro de Salta, se lo comenté a Lucrecia Coscio, coordinadora del Centro Cultural Holver Martínez Borelli, y a su marido Alejandro Manenti, historiador y docente en la UNSa. Esto encendió la mecha hasta llegar a oídos del Rector Daniel Hoyos, y conversamos por primera vez sobre la posibilidad de recuperar esa obra.
Lo cierto es que hasta ese momento lo único que quedaba de esa melodía solo estaba en mi memoria, y a pesar de ello la confianza que me dispensaron el Rector y su equipo hizo posible un plan: por un lado, un peritaje musical que pudiese asegurar que la melodía que yo recordaba había sido compuesta por el Cuchi, y por el otro la búsqueda de todos los testimonios que acreditasen la existencia del himno, entre ellos en los archivos de la Universidad.

Para el peritaje y en compañía del músico Marcelo “Pajarito” Suti visitamos a Pablo Herrera, el elegido para la tarea. Pablo aceptó el desafío, planteando que era posible trabajar sobre la melodía que yo recordaba, y me pidió grabarla para que el iniciara la pericia.
Meses después, y casi con la certeza del perito sobre la autoría del Cuchi, la búsqueda en archivo dio sus frutos. Durante la presentación oficial de la Fundación Legado Cultural Cuchi Leguizamón (que presido), el rector Daniel Hoyos anunció que ese mismo día había aparecido la partitura manuscrita del himno, y días después comprobamos que la caligrafía correspondía a la del Cuchi y la melodía era exactamente la que yo había recordado y grabado para el peritaje.
Para completar la obra, y con el beneplácito de todos, el rector le pidió al poeta salteño Leopoldo “Teuco” Castilla que escribiera la letra. Nuestro querido Teuco afrontó la dificultad de la tarea y escribió un poema magnifico como letra del himno.
Con estas pruebas indudables y el himno escrito, se decidió avanzar con su presentación y oficialización. Esto ocurrió en la 11º sesión del Consejo Superior, y luego de presentado fue interpretado con arreglos de Pablo Herrera por la Orquesta Típica Característica de la Universidad y cantado por Magi Soria.
El Cuchi siempre esta volviendo, y esta vez la memoria y la decisión de trabajar sobre ella vuelve a mostrar su potencia y su importancia para nuestra cultura, nuestra sociedad, nuestra identidad. En nombre de la familia Leguizamón y de todos los integrantes de la Fundación Legado Cultural Cuchi Leguizamón les damos las gracias a todos los que hicieron posible esta maravilla.
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