Por un “Sumaj kausay” (Buen Vivir) para todas las comunidades indígenas del país

Cada 1º de agosto se celebra la Pachamama o Madre Tierra, deidad venerada por los pueblos andinos al ser considerada generadora de vida. La fecha es en referencia a la renovación del ciclo productivo, y es celebrada de acuerdo a las culturas y cosmovisiones que tienen los pueblos originarios respecto al cuidado de la protección del territorio. 

 

En este nuevo del Newsletter, se habló con distintos referentes de los pueblos indígenas de Salta, quienes reflexionaron en torno a la importancia de defender a la Pachamama, en un contexto nacional que pone en duda la garantía de los derechos hacia las naciones y pueblos indígenas. 

El Coordinador Programa Pueblos Originarios Secretaría Extensión Universitaria de la Universidad, Agustín “Bocha” Fernández, sostuvo que durante agosto se conmemora el Día de la Madre Tierra, a quién se le pide y agradece por lo dado. “Le pedimos por las pasturas, por los animales, por la espiritualidad, por las buenas energías y tratamos de mejorar y sacar todo lo malo”, expresó. Sin embargo, aseguró que en el contexto nacional actual, “se nos hace muy difícil” la defensa de las cosmovisiones porque “mientras nosotros tratamos de cuidar el medio ambiente, hay una idea y un plan de negocio en lo nacional y provincial, donde choca esta visión de ver el mundo, de lo que es la vida y lo que debiera ser lo bueno y lo malo”. 

Fernández denunció que las comunidades indígenas se enfrentan a una visión porteñocentrista, que ocasiona la falta de políticas públicas al sector.  “Somos parte de un conjunto de sectores vulnerables que vienen pidiendo, así como las mujeres, como los niños, como los ancianos, desde hace mucho tiempo”, manifestó. Es por eso que insistió en que es preciso que se reconozcan las personerías jurídicas de las comunidades y las culturas preexistentes al Estado argentino, como bien lo establece la Constitución de la Nación Argentina. 

“Hasta hace un tiempo veníamos compartiendo un escenario político donde podíamos conversar, capaz que también con una mirada occidental, pero con un diálogo presente”, precisó, señalando que en la actualidad “nos vemos en  una situación también cada vez más complicada” ya que “todo lo que nosotros apreciamos, como la Madre tierra y ese paisaje cultural, para otros son recursos naturales, que desde su visión privilegian esos espíritus de inversores sobre los derechos constitucionales”.

Por su parte, el abogado y miembro de la Nación Diaguita Calchaquí, Martín Plaza, sostuvo que en este mes es importante resaltar las cosmovisiones y los usos tradicionales y ancestrales que aún subsisten y permanecen por parte de los pueblos originarios respecto a los territorios. “Estas cosmovisiones sobre el territorio tienen una mirada vinculada a que nosotros venimos de la Madre Tierra” a quién “le debemos nuestra esencia y a ella es a quién tenemos que proteger porque es la principal fuente y dadora de vida”, expresó. En ese sentido, señaló que los pueblos con sus culturas ancestrales “nos han enseñado que la tierra y el territorio, no son un objeto, no son un patrimonio de nadie, sino que es el lugar desde donde crecemos, venimos y al cual vamos a volver”. 

Salta se caracteriza por ser una provincia marcada por el bilingüismo y el plurilingüismo y con una significativa y valiosa diversidad cultural. Al menos se hablan 9 lenguas indígenas: aymara, chané, chorote, chulupí, guaraní, quechua, tapiete, toba/qom, wichí; y conviven 15 pueblos indígenas, que son Atacama, Ava Guaraní, Chané, Chorote, Chulupí, Diaguita-calchaquí, Guaraní, Kolla, Iogys, Lule, Tapiete, Tastil, Toba Qom, Weenhayek y Wichí.

En ese sentido, Plaza dijo que le parece “que es importante que se destaque Salta es una provincia que está fuertemente enriquecida por esta cultura y por estas visiones respecto al territorio” puesto que detrás de estas visiones se plasman modelos de concebir la producción, que históricamente han estado en disputa con los modelos de producción capitalista y productivista que “ven a la tierra como un bien más que se compra y se vende y que se puede usar estrictamente para beneficio y lucro individual en desmedro de la supervivencia y la vida de todos y todas”, manifestó el abogado. 

Desde ese lugar sostuvo que es necesario que en este agosto se refrende el concepto de que el territorio subsiste y resiste por parte de los pueblos originarios, tanto de la provincia como del país. Sobre todo, porque las actuales autoridades del Ejecutivo nacional firmó proyectos de ley que habilitan la derogación de la única herramienta legal que protege la posesión y la propiedad comunitaria indígena, y que es la Ley Nº 26.160, que declaró la emergencia en materia de posesión y propiedad de las tierras que tradicionalmente ocupan las comunidades indígenas originarias del país con personería jurídica inscripta en el Registro Nacional de Comunidades Indígenas, en organismo provincial competente o las preexistentes. 

“Tenemos un presidente que ha negado el cambio climático, que los bosques se pueden depredar, que el monte se puede desmontar, que los ríos se pueden envenenar”, cuestionó Plaza. Además, denunció que el actual presidente Javier Milei mandó a aprobar un proyecto de ley, en referencia a la Ley Bases, que “promueve el extractivismo, en favor de grandes empresas internacionales”. permitiendo que “se saquen los recursos naturales sin ningún tipo de beneficio para el país”. 

Por ello, sostuvo que es importante resaltar la protección del territorio comunitario, que está vinculado con una idea de vida, “porque la protección del bosque nativo, la protección de nuestros ríos, el cuidado, el uso comunitario, está vinculado incluso con una idea de producción de alimento sustentable, alimento sano y detrás de esta idea de territorio que sostienen, promueven y sobre la cual resisten nuestros pueblos originarios”. 

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