Las ciencias sociales hoy: Ante el desafío de pensar lo social con nuevas metáforas
El 15 de agosto de este año, el Dr. Guillermo Wilde, tomó posesión de su cargo como Director del Instituto de Investigaciones en Ciencias Sociales y Humanidades (ICSOH), de doble dependencia Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y Universidad Nacional de Salta (UNSa). El instituto, que se encarga de generar ejes de investigación que posibiliten acercar respuestas interdisciplinarias a las problemáticas sociales y culturales de la región con el fin de contribuir a la formulación de políticas públicas y privadas tendientes a la superación de las mismas, tendrá nueva autoridad hasta 2027.
El Dr. Guillermo Wilde dialogó con el Newsletter de la UNSa sobre sus principales desafíos en el cargo, la discusión latente sobre la importancia de investigar las ciencias sociales y los nuevos actores que surgen en un contexto multimedial y de aplicación creciente de la Inteligencia Artificial (IA). Destacó la importancia de la investigación en ciencias sociales para entender los cambios acelerados en la sociedad actual y su relevancia para el desarrollo de políticas públicas eficaces.
-¿Cuáles son las expectativas que tiene en el nuevo cargo dentro del Instituto?
-Asumí el cargo hace cosa de tres meses. Y tengo el claro conocimiento de que se trata de un Instituto que tiene una trayectoria, que tiene una historia de diez años formales desde su creación, pero que existe desde mucho antes, en la medida que resulta de la fusión de centros que existían antes. Uno es el Centro Promocional de Investigaciones en Historia y Antropología (CEPIHA) y el otro es el Instituto de Investigaciones Sociocríticas y Comparadas (INSOC), y que congregaba a la gente de distintas carreras de Humanidades.
El ICSOH resulta de esa fusión, en donde han venido creciendo y han venido consolidándose fundamentalmente cinco áreas, que son insignias del Instituto: como arqueología, historia, antropología, letras, comunicación, filosofía y educación. Al tiempo que, articulando esas áreas disciplinarias, se fueron formando también campos interdisciplinarios vinculados con temas que van más allá de las disciplinas. Por ejemplo, un campo interdisciplinario fundamental sería la cuestión del territorio, o las identidades, o la salud, entre otras problemáticas que atraviesan disciplinas y que son fundamentales para pensar la región, para pensar Salta como provincia, pero también Salta como un punto de articulación y de confluencia de circulaciones que van más allá de la provincia y que involucran al país, a la región, a los países limítrofes, y uno podría decir el globo, el mundo. En la medida que Salta es una provincia que está ubicada en una región geopolíticamente muy relevante a nivel global y que viene creciendo de manera acelerada en los últimos 50 años, a todo nivel, a nivel económico, urbanístico, demográfico.
De modo que en este proceso de cambios acelerados, las ciencias sociales en sus distintos aspectos, dimensiones, orientaciones y variantes tienen un rol fundamental para cumplir en la investigación de esos procesos en el presente y en el pasado, pero pensando también fundamentalmente en cómo de curso va a continuar o va a avanzar o desarrollarse en los próximos años.
– ¿Por qué es importante pensar la interdisciplinaridad desde el Instituto? ¿Por qué hay múltiples disciplinas dialogando?
-En principio, uno podría decir que la mayor parte de las disciplinas representadas en el ICSOH tienen una tradición propia, tienen una historia, que no solamente tiene que ver con los temas específicos con los que trabajaron, sino que desarrollaron toda una metodología. Por ejemplo, los arqueólogos trabajan con la dimensión material del pasado y del presente, porque los arqueólogos no sólo trabajan sobre la sociedad prehispánica, sino que trabajan también sobre el pasado reciente, incluso el siglo XX. Todo resto material cuyo origen se desconoce puede ser objeto de abordaje de la arqueología. Si vamos al campo de los antropólogos, hay también metodologías específicas del trabajo que llamamos etnográfico, es decir, el trabajo de campo etnográfico, que es el trabajo de relación con la gente viva en el territorio, digamos así, en distintos ámbitos que pueden ser rurales o urbanos, poblaciones de distintos orígenes, sociales o socioculturales y lingüísticos incluso, en donde se desarrolla una metodología que tiene que ver con el diálogo con la gente en profundidad.
Entonces, cada campo tiene una metodología, tiene una orientación muy concreta y específica que en relación a ciertos temas confluyen. Es decir, para trabajar un tema como el ambiente o el territorio, no alcanza con aplicar la metodología de los antropólogos o de los historiadores o de los arqueólogos. Es necesario que se junten en equipos interdisciplinarios y que dialoguen a partir de sus propias perspectivas y de sus propias fuentes, de modo tal de producir un conocimiento, un conocimiento que no existe, a partir de esa colaboración.
Esa es la ventaja justamente de trabajar con campos interdisciplinarios que aplican distintas metodologías que vienen de disciplinas consolidadas.
-¿Y con qué se ha encontrado en el ICSOH actualmente?
-El ICSOH para mi suerte, se podría decir, es una institución que está funcionando, que está consolidada, que ya tiene grupos de trabajo funcionando ya hace algunos años. Lo que yo veo como mi rol fundamental en lo que va a ser la gestión de aquí al año 2027 en principio, consiste en articular investigaciones, consolidar los grupos que ya existen, crear o ampliar la base de grupos interdisciplinarios o grupos de trabajo que no existen para ciertas áreas que son vacantes y estratégicas y lograr que se produzca una articulación mayor de los investigadores, profesores y becarios.
Actualmente, el Instituto está conformado por alrededor de 20 investigadores, 30 profesores e investigadores de la Universidad Nacional de Salta que desarrollan también sus investigaciones en temas específicos. También está presente el equipo técnico, que resultan ser los agentes de la carrera de personal de apoyo, especializada en temas de informática, cartografías sociales, cuestiones audiovisuales. Por ejemplo, hay cuatro agentes que trabajan en vinculación con los investigadores desarrollando productos de la investigación que sean visibles y que sean transferibles. Además, hay un grupo grande de aproximadamente 50 becarios doctorales y postdoctorales.
-Teniendo que destacar la labor del Instituto, ¿cuál resulta el aporte del ICSOH a la sociedad?
El aporte tiene que ver con la investigación específica en áreas de interés y de vacancia en la provincia que no están cubiertas. Y que permiten acceder a un conocimiento sobre el pasado y sobre el presente que sirva en muchos casos para el desarrollo de políticas públicas en el área de educación, ciencia y cultura en principio, pero no solamente. Uno podría decir que la investigación que se desarrolla en temas de territorio, de ambiente o de salud en perspectiva social realmente permite desarrollar políticas públicas en esas áreas altamente eficaces y sobre las que no existe un diagnóstico en la administración pública, por ejemplo.
Hay muchas cosas que se ignoran, por ejemplo, de los sistemas tradicionales de tratamiento de salud o incluso determinados. Pienso sobre todo en el área del patrimonio, del conocimiento, que no se conocen y a veces uno podría decir que se hacen, o se cometen algunas torpezas desde el punto de vista de la política pública en esas áreas por falta de conocimiento y por falta de investigación en esas áreas. Es necesario ir al campo, hablar con la gente, conocer en qué consisten esos sistemas de conocimiento para distintas áreas. Pienso en el área de salud para de repente diseñar políticas públicas eficaces, pero también en áreas como educación donde es fundamental el desarrollo que pueda hacerse desde el Instituto, por ejemplo, en educación intercultural bilingüe.
Es decir, que hay una conexión directa de la investigación con el desarrollo de políticas públicas que me parece importante resaltar, sobre todo en un contexto como el actual, donde se discute las limitaciones de nuestras áreas para aportar a la sociedad y creo que precisamente eso serían maneras muy concretas de aportar a la sociedad. Con esa posibilidad de ver esos procesos tanto en el pasado como en el presente.
-Entonces en este contexto, ¿cómo ves a la sociedad hoy?
-No habría una respuesta sencilla para esa pregunta. Tal vez una primera cuestión que percibo es que estamos afrontando una situación de cambios muy acelerados en la concepción misma de lo social y de lo identitario, en términos generales.Y eso es muy evidente a nivel cotidiano. Entonces las ciencias sociales hoy están ante el desafío de encontrar o de intentar pensar lo social con nuevas herramientas y nuevas metáforas para entender concretamente estos cambios.
Si a fines del siglo XIX y durante buena parte del siglo XX se pensaba en las sociedades, en las culturas, como algo que podía explicarse de manera orgánica, en base a un paradigma de las ciencias duras, es decir, explicar la sociedad en base a leyes internas de comportamiento social, algo que explique por qué los individuos actúan de determinada manera y no de otra. Hoy estamos frente a un panorama de lo social que es mucho más difuso, donde los grupos no existen como tales, e incluso los individuos, tal y como los entendemos en la modernidad, hasta hace 50 años, no pueden ser ya pensados de la misma manera.
Hoy hablamos de un mundo postsocial y postcultural, entramados, que van mucho más allá de los conjuntos sociales, e incluso también un mundo postindividual y transhumano en algún punto, en el sentido de qué identidad se puede definir hoy de manera unívoca. Hablamos de identidades que están atravesadas por múltiples dimensiones y ese es el gran desafío para las ciencias sociales hoy, pensar la identidad como un fenómeno múltiple, como un fenómeno complejo.
Para eso las ciencias sociales vienen desarrollando herramientas muy concretas, donde (se debe) pensar en términos del comportamiento social y cultural como algo que es abordable desde lo que se llama hoy en día interseccionalidad. Hay muchas dimensiones que se cruzan en un individuo: la dimensión de clase, la dimensión de género, la dimensión socioeconómica, la dimensión cultural, y todas funcionando de manera simultánea y, adaptándose a distintos contextos por los que esos individuos circulan.
Wilde también sostuvo que otro tema fundamental, es la relación humano-animal, por ejemplo, que es un tema de las ciencias sociales y de la teoría social hoy en día bien de punta, También, la relación objetos-humano o máquina-humano en un contexto como el de la creciente presencia de la inteligencia artificial en el mundo social. “Es un desafío que se plantea sobre cuáles serían los límites de lo humano frente a una máquina que combina millones de variables y de algoritmos y que reproduce en buena medida el comportamiento humano. ¿Cuál sería el límite entre lo humano y lo no humano en ese contexto? Estos son todos temas que hoy piensan las ciencias sociales en su conjunto, incluyendo la filosofía, la ética y todos los subcampos de las disciplinas clásicas. Entonces, estamos frente a un desafío para pensar lo social y las ciencias sociales, casi diría, que son el campo que propone pensar eso”, expresó.
-Reafirmamos entonces que la investigación en ciencias sociales y humanidades es importante para la sociedad.
-Es fundamental, sobre todo porque es el campo en donde se desarrollan herramientas para pensar lo social en un contexto de cambios acelerados. Y en ese sentido, es que las ciencias sociales se acercan a otras ciencias, pienso concretamente en las ciencias naturales. Vamos hacia, en algún punto, interfaces entre las ciencias sociales y humanísticas y otros campos del saber moderno, de la modernidad, las ciencias naturales e incluso la física y la astronomía, es decir, todos los campos considerados como diferenciados de las ciencias sociales, en la medida que las preocupaciones son cada vez más cercanas.
A su vez, yo creo que un rol importante de las ciencias sociales es sensibilizar a la sociedad contemporánea acerca de otros saberes y de otras tradiciones de conocimiento que son útiles precisamente para, uno podría decirlo así de manera un poco grandilocuente, salvar el mundo, pero un poco de eso se trata si pensamos en los índices bastante certeros de calentamiento global y el apocalipsis ambiental, al que asiste o que va a asistir el mundo en las próximas décadas, en los próximos años. La importancia de volver sobre otros saberes.
Pienso que los saberes indígenas son fundamentales justamente para repensar el saber occidental. En ese sentido, yo creo que las ciencias sociales tienen una tradición de indagación en esos otros saberes y, por lo tanto, el rol, la función, la obligación de darlos a conocer para que la sociedad contemporánea tome conciencia de los desastres que está haciendo. Entonces, eso me parece a mí que completa de alguna manera la funcionalidad, el rol o la importancia, la relevancia de las ciencias sociales para el mundo contemporáneo. Y las ciencias sociales obviamente incluyen las ciencias económicas. La ciencia económica es una ciencia social, es una ciencia inexacta, como las demás ciencias sociales, pero todo el desarrollo que se puede hacer en investigación en todas las diversas áreas de las ciencias sociales sirven para el diagnóstico de los problemas del presente y para la prospección. Es decir, en base a un buen diagnóstico de investigación profunda sobre los problemas del presente, es que puede desarrollarse.
-¿Y cuál es su opinión cuando se destaca esa importancia de la investigación de las ciencias sociales y en todas las ciencias, pero se enfrenta a un discurso que va contra la ciencia y la técnica?
-Creo que en realidad son juicios que están basados en la ignorancia y en el mejor de los casos en la desinformación. Creo en ese sentido, una ignorancia de lo que viene siendo el desarrollo de la ciencia en general y de las ciencias sociales en particular desde fines del siglo XIX cuando se originaron. Fueron disciplinas pensadas justamente para entender el caos, se podría decir. Y también para pensar en una ingeniería social al servicio del Estado en principio, en la medida que muchas de las ciencias sociales, incluida la estadística, tienen origen en una preocupación por la administración del Estado, el control social, se podría decir.
Bueno, eso tuvo muchas derivaciones a lo largo del siglo XX y la teoría social pasó de pensar el orden a pensar el conflicto. Pero en todo caso, las ciencias sociales estuvieron siempre presentes para pensar la sociedad y me parece a mí que desde el punto de vista del desarrollo de la sociedad cumplen un rol fundamental. Y que es estar en buena medida por delante de la problemática social. En la medida que se investiga la problemática social contemporánea se adelantan también a los cambios en el mediano y el largo plazo.
Entonces, en ese sentido es una falta de información, como digo, en el mejor de los casos, sobre el rol que efectivamente pueden cumplir en la formación incluso de mercados también. Desde ese punto de vista creo que la visión es muy limitada y en términos generales la universidad pública, en particular la pública, aporta a la formación de ciudadanos y también al crecimiento del mercado laboral. Es decir, si no tenés gente capacitada y bien capacitada en un sistema público y universal y gratuito, como el argentino, que es un ejemplo a nivel mundial, incluso con baja financiación sigue estando en los rankings mejor calificados de las evaluaciones globales, me parece a mí que es, en ese sentido, falta de información. No sé, es lo máximo que puedo decir.
-Entonces, en vez de desinformar se tendría que invertir más en investigación.
-Totalmente. Yo creo que hay que hacer una inversión inteligente, pero en sentido estricto. Claramente hay áreas de vacancia en la investigación. Pero tal vez una cuestión que es fundamental entender es que la formación de grado y de posgrado, en el mejor de los casos, es algo que sirve para la vida, para insertarse en el mercado. Hay que tener en cuenta que la gente que se forma en la universidad, en el sistema público, la mayor parte va o se inserta en el mercado. De modo que la educación es un instrumento fundamental para eso y la educación universitaria en particular, me parece a mí, que cumple ese rol, lo sigue cumpliendo y lo va a seguir cumpliendo por un buen tiempo. Es necesario modernizar la educación universitaria para hacerla más acorde a los tiempos que corren. Yo creo que ahí debería estar la mayor inversión, seriamente, del gobierno en modernizar los sistemas de educación, lo que requiere es una inversión importante, digamos.
-¿Una reflexión final?
-El campo de las ciencias sociales y las humanidades, va a cumplir un rol creciente en pensar los problemas contemporáneos y los problemas que de alguna manera se inauguran con la instalación de las tecnologías, concretamente la inteligencia artificial, que es un proceso que apenas comienza, que sabemos muy poco y que debería preocuparnos certeramente. No podemos dejar el desarrollo de estas tecnologías en manos de los tecnócratas. Es necesario desarrollar una visión, una filosofía en torno de cuáles son las ventajas y las limitaciones de orden para el desarrollo de estas tecnologías. Ese sería el desafío para el conocimiento en general y para las ciencias sociales en particular, incluyendo la filosofía.
Guillermo Wilde, es Investigador Principal del CONICET y Profesor de la Universidad Nacional de San Martín. Doctor en Antropología por la Universidad de Buenos Aires, es especialista en pueblos indígenas de América Latina, música y arte coloniales, fronteras del mundo iberoamericano y procesos de conversión religiosa en perspectiva global.
Ha publicado Religión y Poder en las Misiones Guaraníes, galardonado con el “Premio Iberoamericano” de Latin American Studies Association, la colección Saberes de la Conversión. Jesuitas, Indígenas e Imperios Coloniales en las fronteras de la Cristianada y numerosos artículos y compilaciones sobre etnohistoria, etnología y teoría social.
Recibió el Premio Latinoamericano de Musicología “Samuel Claro Valdes” (UC-Chile) y el James Robertson Prize por el mejor artículo publicado en Revista Hispanic American Historical Review. Ha sido becario del DAAD, la Fundación Alexander von Humboldt, la Fulbright Commission, el British Council, Brown University y The Americas Research Network, entre otras instituciones del país y el exterior.
Fue profesor visitante en la Universidad de Paris-Sorbonne, la Escuela de Altos Estudios Sociales (Francia), Meiji University y Waseda University Institute of Advanced Study (Tokyo), el European University Institute, el Harvard Center for Italian Renaissance Studies “Villa I Tatti” (Italia), y el Museo Nacional de Etnología de Japón.
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