50 años del escudo de la UNSa y la permanencia del sentir latinoamericano
Este 8 de julio, el Escudo de la UNSa cumplió 50 años desde su creación. La obra se mantiene vigente y se dispone a visibilizar que los conocimientos también se consolidan a partir de reflexiones y soluciones situadas.
Tan sólo dos años después de que se fundara la Universidad Nacional de Salta, el 8 de julio de 1974, se conocía la Resolución del Consejo Superior Nº 483/74, donde se adoptaba como Escudo Oficial de la Universidad, la obra creada por el escritor y reconocido artista plástico Osvaldo Juane. Con medio siglo de existencia, interrumpido únicamente desde el período dictatorial de 1975 hasta 1986, la pieza artística mantiene vigente su espíritu latinoamericano, ya que muestra una marcada pertenencia cultural, geográfica e histórica de los pueblos, naciones y etnias que conforman la región donde está emplazada la UNSa.
La antesala de la creación y presentación del escudo representa un sinónimo de lucha estudiantil y de trabajadores que bregaban por la consolidación de una universidad nacional en la provincia. Y evidencian el significado que también se intentó plasmar en la obra. Para eso vale recordar que un 11 de mayo de 1972, nació la UNSa, a través de la Ley nacional Nº 19.633, firmada por el presidente de facto y dictador Agustín Lanusse. La disposición para su creación fue la respuesta a una lucha y exigencia estudiantil que venían desde hace años, teniendo como antecedente directo lo ocurrido en 1948, cuando el Instituto de Humanidades, creado por el arzobispo Roberto Tavella, se incorporó por convenio a la universidad pública de Tucumán. Para los años 50, le siguieron la Escuela Superior de Ciencias Naturales, el Instituto de Humanidades y la Escuela Superior de Ciencias Económicas.
Debido a que ya habían carreras que se dictaban bajo la dependencia de la Universidad Nacional de Tucumán, cuando se conoció la creación de la UNSa, se organizó una transición y se designó al ingeniero Roberto Germán Ovejero, como delegado organizador. Lo cierto es que Ovejero renunció en abril de 1973 y se dispuso como reemplazo al abogado y poeta Holver Martínez Borelli.
La gestión de Borelli sucedió entre mayo de 1973 y diciembre de 1974. Lo hizo en calidad de “normalizador”, “interventor” y nuevamente “normalizador”. Al momento de su asunción, en la provincia de Salta tomaba la conducción del Ejecutivo, el desaparecido médico Miguel Ragone. Ambas gestiones se vieron interrumpidas en noviembre de 1974, cuando Isabel Martínez de Perón ordenó la intervención de la provincia y Ragone fue obligado a apartarse. La situación no fue distinta para Borelli. Tanto Miguel Ragone como Holver Martínez Borelli fueron considerados como actores importantes para «el cuestionamiento a las élites históricas de la provincia», por lo que ocupar tales cargos de poder no eran aceptados por los sectores conservadores de la provincia, junto a los sectores políticos opositores al peronismo. El desenlace para ambas figuras marca la crueldad que se vivía en el momento: Ragone fue secuestrado y desaparecido un 11 de marzo de 1976, mientras que Borelli falleció en el exilio político un 28 de agosto de 1978 en Bélgica, a raíz de un infarto que tuvo mientras conducía un vehículo.

A pesar de ello, el Rectorado de Martínez Borelli fue significativo para la UNSa ya que fue quién colocó los cimientos para consolidar una universidad con un espíritu «regional y latinoamericana» que perduran hasta hoy. Su gestión estuvo fuertemente vinculada a lo social y cultural, priorizando un inconmensurable trabajo en la extensión universitaria. Bajo esos fundamentos es que encomendó al escritor y artista plástico Osvaldo Juane, la tarea de diseñar el escudo, que quedó finalmente constituido como escudo oficial de la UNSa, el 8 de julio de 1974, a través de la Resolución Nº 483/74.
La Resolución enuncia que el escudo “configura una obra que, con sus relevantes valores plásticos, representa el ámbito natural de la UNSa y asume gráficamente las resonancias del paisaje centro-sudamericano, complementandose armoniosamente con el lema, incluido en su composición». El diseño incluye el lema: “Mi sabiduría viene de esta tierra”, que tiene como autores al escritor Manuel J. Castilla y al propio Borelli. Sin embargo, durante el período de 1975 a 1986, el uso del escudo se suspendió y recién se restableció durante la gestión del Rector Juan Carlos Gottifredi.
Borelli quería que el escudo plasme el ser argentino y latinoamericano, y en ese sentido, marque una pertenencia cultural, geográfica e histórica de los pueblos, naciones y etnias, que conforman la región donde está emplazada la UNSa. Los dibujos se unen al lema “Mi sabiduría viene de esta tierra”, logrando consolidar un mensaje que resalta que la pertenencia territorial da lugar a construir nuevos conocimientos y, en paralelo, reforzar y defender la identidad salteña, argentina y latinoamericana.

En el escudo se puede apreciar el sol radiante, identificado con el Inti, deidad de los pueblos andinos. También, se aprecia una cadena de cerros que es la que colinda hacia el oeste con la Ciudad de Salta. Luego se ve una serie de edificios en los cuales se distingue el Cabildo en el centro, la iglesia del Convento San Bernardo y la presencia de palmeras, en referencia a la Plaza 9 de Julio, lugares característicos de la capital salteña. Luego le sigue una guarda con motivos autóctonos, que es continuado por el lema junto a seis edificaciones sobre un campo con flores. El diseño termina con una punta con ondas de aguas.
El escudo de la Universidad Nacional de Salta se dispone a visibilizar que los conocimientos también se consolidan a partir de reflexiones y soluciones situadas.
En el año 2005, el artista Osvaldo Juane fue declarado Doctor Honoris Causa de esta Universidad. Si bien nació en Buenos Aires en 1928, se radicó en Salta en 1952, y falleció en la provincia el 17 de julio de 1988. Juane estudió en la Escuela de Bellas Artes y en el Departamento de Artes de la Universidad Nacional de Tucumán. Fue discípulo de Francisco Pulloc, Cecilia Marcovich, Francisco Puyau, Lucio Fontana, Lino Spilimbergo y Horacio Juárez. Por su parte, ejerció la docencia siendo Profesor en el Colegio Nacional Manuel A, Castro y desde el puesto de Coordinador y Asesor de Artes Plásticas de la Universidad Nacional de Salta en el Departamento de Arte. Ocupó también cargos de gestión como Director de Cultura de la Municipalidad de la ciudad de Salta y fue uno de los impulsores de la Ley Régimen de Reconocimiento al Mérito Artístico. Su lenguaje plástico está influenciado por el surrealismo metafísico y expresionismo americano; sus temáticas se centran en la cotidianidad salteña, a la que tiñe de una atmósfera onírica.

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