Una investigación sobre medicamentos impresos en 3D

Desde el Newsletter de la UNSa hablamos con Cintia Briones, Ingeniera Química recibida de la UNSa y quien forma parte del grupo multidisciplinar de investigación del INIQUI, GITEF, dedicado a la tecnología farmacéutica. 

El enfoque de la llamada medicina personalizada avanza día a día y conoce su auge gracias a las tecnologías 3D. Especialistas sostienen que la medicina personalizada es una oportunidad para cambiar el enfoque de «una talla única» en terapia con medicamentos y en prevención, y convertirlo en un enfoque individualizado. Esto puede ayudar a las y los profesionales de la medicina a seleccionar la terapia adecuada así como administrar la dosis o el régimen adecuados. 

Uno de estos ejes es lo que investiga el grupo interdisciplinar del que forma parte la Ingeniera y Doctora Química, Cintia Briones, del Grupo de Investigación en Tecnología Farmacéutica (GITEF).  

Investigadores: Cintia Briones, Claudia Llanos, Analia Romero, Santiago Campos y Mercedes Villegas. Investigadores: Cintia Briones, Claudia Llanos, Analía Romero, Santiago Campos y Mercedes Villegas.

En cuanto a los diversos desarrollos en investigación que se llevan a cabo en este grupo se encuentran films, geles y dispersiones sólidas, impresos 3D, todos dirigidos a enfermedades desatendidas, una fuerte problemática de salud en el norte de nuestra provincia, como Chagas y Leishmaniasis cutánea. 

Al respecto del trabajo que vienen desarrollando, la investigadora nos comentó: “Hace un par de años que se formó este grupo, no es tan antiguo, es más bien reciente y estamos formados por un grupo multidisciplinario, donde hay técnicos en alimentos, varias ingenieras químicas y doctoras en Ingeniería. Dentro del grupo también hay un farmacéutico, que es el jefe del grupo”.

¿Cuál es la línea de investigación? ¿A qué está abocado? ¿Cómo se conforma? ¿Y por qué? ¿Cuáles son los objetivos? 

C.B: “Nosotros básicamente lo que hacemos es formular formas farmacéuticas. Esto nos permite, por ejemplo, mejorar alguna propiedad del fármaco, ya sea la solubilidad, por ejemplo, hay fármacos que son muy insolubles y mediante el desarrollo de distintas formas farmacéuticas podemos mejorar esa propiedad del fármaco, lo cual beneficia obviamente en la administración, porque al administrar menos cantidad puede ser más soluble y mejor biodisponible, evita que tenga tantos efectos adversos”.

La Ingeniera describió que otra de las características investigativas que analizan es cambiar la vía de administración de los medicamentos. En ese sentido ejemplificó: “si tuvieras que inyectarte algo y podrías transferirlo a un parche tópico, sería mucho más amigable para el paciente. En vez de tener que estar inyectándote o ponerlo en forma de gel, por ejemplo, sería mucho más amigable para el paciente”, describió y agregó:

 “Buscamos mejorar también la forma de administración en el sentido de, sí vos, por ejemplo, tendrías que tomar una pastilla cada seis horas, podríamos bajar esa pastilla, a una por día. Entonces, eso también ayuda a que el paciente tenga una mejor adherencia y una mejor respuesta al tratamiento”.

Medicamentos con impresiones 3D

La doctora describió que recientemente se encuentran trabajando con una impresora 3D, que es de extrusión de semisólidos, diferente a la que comúnmente se utiliza, que es la FDM. 

 

“Esta impresora tiene la característica de utilizar polímeros que funden a baja temperatura, por lo tanto no dañaría al fármaco, a la función activa del fármaco. Esta impresora la adquirimos gracias a un trabajo conjunto con el Grupo de Córdoba, que es el UNITEFA, hace un tiempo ya que trabajamos con ellos, y fueron ellos los que trajeron esta idea de la impresión 3D de fármacos”, describió. 

Asimismo la investigadora señaló: “Los fármacos impresos mediante esta tecnología tienen la característica de permitir no solamente cambiar la forma geométrica de un comprimido, lo que permite mejorar la dilución de los fármacos, la liberación de los fármacos, sino también tienen la característica de por ejemplo poder hacer polipíldoras”.

Informó que con esta tecnología tan versátil se puede personalizar un solo medicamento para los casos en la que las cantidad de medicamentos a suministrar sean múltiples, esto podría concretarse en una única pastilla de forma que tenga una capa, un fármaco, otra capa, otro fármaco, otra capa, otro fármaco, y así poder comprimir todas las pastillas que toma un paciente en una sola. 

“Con esto se apunta mucho a lo que es la terapia personalizada, y al ser también todo de bajo costo y rápido para realizarse, es factible llevar esta tecnología a las farmacias, eso es a lo que se apunta. En este proyecto de investigación no solamente estamos trabajando nosotros, sino que también tenemos becarios que son estudiantes de las carreras de ingeniería que nos colaboran en lo que es el desarrollo de las tintas, la evaluación después de esos comprimidos porque obviamente no solamente es el desarrollo sino también la evaluación, caracterización física, química, modelado matemático para los perfiles de liberación, etc”.

La Administración de Medicamentos y Alimentosa (FDA) ha aprobado la producción del Spritam, la primera pastilla impresa en 3D que se comercializará en todo el mundo. El medicamento sirve para controlar los ataques epilépticos.

Cada píldora se fabrica a través de un proceso de capas que, entre otras cosas, consigue una distribución más uniforme del medicamento. Entre las ventajas del desarrollo de la tecnología 3D en los medicamentos, se destaca la aceleración de la disolución de la pastilla al entrar en contacto con un líquido, lo que facilita su ingesta y garantiza su absorción de una manera rápida.

 

 La impresora 3D funciona mediante una jeringa que se carga con una tinta, que es una mezcla de excipientes. Esta tinta está enchaquetada, tiene una camisa calefactora que funde el material y permite así ir depositando capa por capa de acuerdo a la geometría que se diseñan previamente en las computadoras. Tiene también la particularidad que dentro de la forma geométrica existe un mallado interno y eso permite cambiar por ejemplo la densidad del comprimido final, lo cual va a permitir, si es que tendría más cantidad de aire, que flote en el estómago y al flotar en el estómago aumenta el tiempo de residencia y eso hace que la liberación sea más prolongada. Esto permite mejorar la administración de los fármacos, no solo en cantidad sino también en tiempo.  

Investigadores de la UNC y el Conicet crearon una plataforma de impresión 3D de medicamentos para producir una amplia variedad de formas y dosis de remedios, adaptados a las necesidades específicas de cada paciente. “Hace años venimos desarrollando un método que hoy es realidad y permite la impresión 3D de un blister de 14 comprimidos en tan solo diez minutos. Ya estamos trabajando con la ANMAT y buscamos dar respuesta al faltante de medicamentos huérfanos o de enfermedades raras, una gran deuda de la industria”, explicó Daniel Real, uno de los investigadores a cargo del proyecto.

Investigaciones para enfermedades desatendidas 

 En cuanto a las enfermedades que se encuentran abocadas, la ingeniera detalló que sus investigaciones se aproximan a aquellas enfermedades desatendidas del NOA, como la leishmaniasis cutánea que es una enfermedad que está muy presente en el norte de nuestra provincia y afecta tanto a animales como humanos. 

“Este es un parásito que se transmite por la picadura de un flebótomo, un mosquito, y que al inocularse en la piel, este parásito como que te va comiendo la piel, entonces te va dejando llagas abiertas, muy difíciles de curar, y esto muchas veces genera una inhabilitación al poder trabajar porque te deforma las manos o la cara, entonces, genera muchas complicaciones en la salud de las personas. Y como es una enfermedad desatendida, las grandes corporaciones no están interesadas en desarrollar mejores medicamentos porque no van a tener la recepción monetaria, osea, no van a tener esa respuesta monetaria que quisieran las grandes empresas. Entonces, se queda bastante relegado a lo que es la investigación pública, y es por eso que nosotros trabajamos sobre esas enfermedades”, explicitó la investigadora.

En ese sentido detalló que la leishmaniasis cutánea tiene un tratamiento bastante invasivo que implican dos inyecciones diarias durante 21-28 días, y tiene muchos efectos tóxicos, es muy doloroso, por lo tanto, buscan desarrollar alternativas, como parches tópicos o geles que se apliquen directamente sobre la herida.

En cuanto al Chagas, la Ingeniera reseñó que generaron algunas formulaciones farmacéuticas pediátricas, porque actualmente se le administra a los niños mediante comprimidos: “que básicamente los muelen para que los chicos los puedan consumir, y entonces, esto se presenta como una complicación, porque al molerlo, no solamente no está seguro de que se tome todo el fármaco, sino que también no lo pueden tragar porque tienen un sabor espantoso. Entonces, habíamos hecho una formulación en jarabe pediátrico para poder administrar este fármaco”, detalló. 

Investigadoras ayudando a la comunidad 

La investigadora detalló aspectos que hacen a su trabajo diario, en ese sentido contó una experiencia de las muchas que les toca ayudar:

“Una mamá vino con inquietud de si podíamos facilitarle alguna formulación para que su niño pudiera tomar un medicamento que es preventivo a la tuberculosis, puesto que en la salita le administraban el polvo, o sea, un sobrecito con polvo del fármaco que es una pastilla pisada, que tiene un sabor no agradable, y entonces ya habían intentado de todas las maneras darle al nene este fármaco y no había ninguna forma de que lo trague porque ya, habían intentado con dulce de leche, y ahora el nene ya no quería comer más dulce de leche, lo mismo, mermelada, yogurt, es como que iban variando, pero llegó un punto en el que ya no le recibía nada. Entonces tuvieron que suspender el tratamiento por no poder administrárselo. Y desde la salita tampoco le pudieron dar una solución”, describió la investigadora sobre la situación particular.

Así fue que con el grupo de investigación decidieron hacer una formulación que sea casera, para que la madre pueda después hacerlo en su casa y suministrarle el medicamento a este niño. 

“Pudimos formular esta nueva forma para que esta mamá pueda darle el medicamento a este niño. Así que se quedó súper contenta, además le dimos todo el protocolo de cómo lo tenía que hacer ella en su casa, y se fue realmente contenta habiendo probado ella misma, porque obviamente hasta que ella no sepa si es que funciona o no, no va a poder dárselo a su hijo. Se fue muy feliz de poder llevarse algo concreto y poder hacerlo también ella en su casa”, describió.

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